Me costó un poco la situación, pero hoy puedo decir que no me interesa el premio corazón rosado y no es algo de lo cual podamos presumir. Es la realidad de las cosas que se resumen a que no quiero seguir gustándole a perfiles de Internet. Escuchar la dura al final nunca hace mal y la verdad brutal me la están diciendo desde las dos con veinte. Quiero que sea Lunes y que me des motivos suficientes para eliminar cualquier rastro de premios penosos otorgados por seres anónimos enmarcados en fotografías arregladas y agrupadas en estereotipos de los cuales siento que yo nunca he encajado. Si lo sé, soy un ser complicado que su vida es muy de penas que de alegrías si no ya vean como se llama este blog.
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